Alimentación Saludable

Alimentación Saludable Una dieta sana y equilibrada ayuda a proteger contra todas las formas de desnutrición, junto con otras enfermedades no transmisibles, incluyendo diabetes mellitus, enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, así como las células cancerosas. La mala alimentación y la ausencia de ejercicio son los principales peligros para la salud a escala internacional. Las prácticas de alimentación saludables y equilibradas comienzan a una edad temprana: la lactancia materna promueve el desarrollo saludable y equilibrado y mejora el desarrollo cognitivo.

También podría tener ventajas a largo plazo, por ejemplo, una reducción en el riesgo de sobrepeso, peso excesivo o enfermedades no transmisibles durante la vida. En el grado energético, el consumo (en calorías) debe adaptarse al gasto. Para evitar un aumento de peso extremo, las grasas no deben superar el 30% de la ingesta total de energía. Restringir la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta total de energía es parte de una dieta saludable, se recomienda ir más allá e ir por debajo del 5% de la ingesta total de energía para mejorar los beneficios para la salud.

Consejos prácticos para una dieta saludable

Frutas y verduras. Aquí hay algunas formas de aumentar la ingesta de verduras y frutas: consuma verduras en platos de cualquier forma; coma frutas frescas y verduras crudas como refrigerios; coma verduras y frutas frescas de temporada; así como diversificar las verduras y frutas que se comen. La reducción del consumo total de grasas a mucho menos del 30% de la ingesta total de energía permite a los adultos evitar engordar demasiado (1,2,3). Además de eso, el riesgo de crear enfermedades no transmisibles disminuye al adoptar los siguientes hábitos: reducir las grasas hidrogenadas a menos del 10% del consumo total de energía.

Consejos prácticos para una dieta saludable Reducir los ácidos grasos saturados a menos del 1% de la ingesta total de energía; consumir productos lácteos bajos en grasa y carne magra, o eliminar la grasa notable de la carne; y restringir el uso de alimentos horneados y fritos, así como bocadillos y también alimentos envasados (como donas, pasteles, tartas, galletas, bizcochos y también gofres) que tienen grasas trans comerciales. Por el contrario, debemos consumir pescado al menos 2 veces por semana, rotando pescados grasos (salmón, trucha, sardinas) y magros (bacalao, bacalao, raya, lubina). Por otro lado, evitamos prepararlos ahumados, salados o fritos o quizás preparados a temperaturas realmente altas porque ya no tienen intereses dietéticos fantásticos.

Cómo promover una dieta saludable

Cómo promover una dieta saludableLa dieta evoluciona con el tiempo y también está influenciada por varios factores sociales y económicos que se integran de una manera complicada para formar las rutinas de consumo de cada persona. Entre estos aspectos, podemos mencionar los ingresos, la tasa de alimentos (que calcula la disponibilidad y la oportunidad de obtener alimentos sanos y equilibrados), las elecciones privadas, así como las ideas, las tradiciones sociales, junto con los elementos geográficos y ambientales (en particular, el cambio climático). Por esa razón, la promoción de un entorno alimentario saludable, que consiste en sistemas que promueven una dieta diversa, equilibrada y saludable, requiere la participación de varias industrias y partes interesadas, que incluyen el gobierno y el público en general, así como sectores económicos.

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